Estimadas y estimados connacionales, amigas y amigos de Italia españoles y andorranos, me dirijo a vosotros con gran orgullo para celebrar el septuagésimo séptimo aniversario de la República italiana, habiendo asumido hace apenas veinticuatro horas las funciones de Embajador de Italia en Madrid.
Hago extensivo mi más sincero agradecimiento a las autoridades españolas, por su extraordinaria rapidez y exquisita disposición para concluir el proceso de mi acreditación en el menor tiempo posible. Otra muestra significativa de la excelente relación plurisecular entre Italia y España, consintiéndome así, recibiros hoy aquí, como nuevo Jefe de la misión italiana, en el maravilloso jardín de nuestra Embajada, el antiguo Palacio de los Marqueses de Amboage, en nuestra Fiesta de la República.
Sin embargo, en esta ocasión festiva y solemne, quisiera transmitir mis pensamientos y mi más sincera cercanía a las personas afectadas por el grave temporal y las inundaciones que han azotado Italia en las últimas semanas, y en particular las regiones de Emilia Romaña y Las Marcas. Expreso mi más sentido pésame a las familias que han perdido a sus seres queridos.
Tras el Covid, Italia, España, Europa y el mundo entero siguen sintiendo el dramático impacto de la invasión rusa de Ucrania. La agresión injustificada e ilegal de Moscú, ha devuelto trágicamente la guerra a nuestro continente provocando inmensos sacrificios para muchos civiles ucranianos y un número inaceptable de víctimas en ambos bandos. Se ha visto sin embargo cómo Europa y Occidente reaccionaban con firmeza, solidaridad y unidad en apoyo de la legítima defensa de la soberanía, la independencia y la libertad del pueblo ucraniano, con el objetivo de alcanzar cuanto antes una paz justa.
Agradezco sinceramente la presencia de los representantes institucionales de España y de todos mis compañeros Embajadores que han querido estar presentes esta tarde. Quisiera saludar también a Bernardino León, cuya contribución al proceso de estabilización en Libia, con los acuerdos de Skhirat de 2015, está todavía de actualidad.
Gracias también a los representantes de nuestra colectividad italiana, del mundo empresarial y económico ítalo-español y de la cultura, que han aportado, aportan y – estoy convencido – seguirán aportando, una contribución decisiva al desarrollo de una relación bilateral única no solo desde el punto de vista político-económico, sino también cultural y humano.
Dirijo un saludo especial al Alcalde de Génova, Marco Bucci. La ciudad de Génova es “invitada de honor” en esta fiesta del 2 de junio, en virtud de una colaboración puesta en marcha hace tiempo con la Embajada y que se ha concretado en Madrid a través de una acción de promoción integrada con iniciativas culturales, de diplomacia económica, científica y deportiva, realizadas en colaboración con otros representantes del Sistema Italia aquí presentes. A todo ello se añade una propuesta gastronómica típica de la región de Liguria que, estoy convencido, apreciaréis muchísimo hoy.
Es un placer también contar con la presencia del maestro Oleksandr Pushkarenko, “Talento de Génova en el Mundo”, que ha traído a Madrid la música de Niccolò Paganini con motivo de la fiesta de la República, coincidiendo con el septuagésimo aniversario de la creación del Premio Paganini, y que en breve nos deleitará nuevamente con las notas del gran maestro genovés.
Este último año ha sido muy proficuo en el plano bilateral, como atestigua el intenso ritmo de los contactos de máximo nivel, entre los cuales destacan la reciente visita a Roma del Presidente del Gobierno, Pedro Sánchez y su encuentro en Palazzo Chigi con la Presidenta del Consejo de Ministros, Giorgia Meloni, el pasado 5 de abril. Además de los tradicionales y consolidados canales de diálogo entre nuestras diplomacias y los frecuentes encuentros entre nuestros Ministros de Asuntos Exteriores, me es grato recordar la visita a Roma de los Ministros españoles de Interior Grande-Marlaska y de Agricultura Planas y las visitas a Madrid de los Ministros italianos: Sangiuliano de Cultura, y Fitto, de Asuntos Europeos del Sur, de las políticas de cohesión y del Plan Nacional italiano de Recuperación y Resiliencia. Igualmente importantes han sido: la reciente visita a Barcelona de nuestro Ministro de Agricultura, Lollobrigida, y la realización en Roma de la décimo novena edición del Foro de Diálogo, con la participación de las Ministras españolas Robles y Ribera y del Vicepresidente y Ministro de Asuntos Exteriores Tajani, que en su discurso de apertura subrayó que España es “el País más cercano a nosotros”.
Viviremos, en los próximos meses, más momentos de altísimo nivel, que enriquecerán ulteriormente la colaboración ítalo-española. Me refiero a eventos como el décimo sexto Simposio COTEC Europa entre Italia, España y Portugal, que tendrá lugar a finales de este mes en Palermo y que contará con la presencia de Su Majestad el Rey Felipe Sexto, el Presidente de la República italiana, Sergio Mattarella y el Presidente de Portugal, Marcelo Rebelo De Sousa y el comienzo, ya inminente, del Semestre de Presidencia española del Consejo de la Unión Europea, durante los cuales nuestro especial “idem sentire” mediterráneo – estoy convencido – se fundirá armoniosamente con el total y entusiasta europeísmo, grabado desde siempre en el código genético de Italia y España. Desde este punto de vista, no puedo ocultaros que me produce un especial entusiasmo asumir este nuevo y prestigioso cargo, precisamente en el momento en el que España será el centro del mundo en lo que se refiere a los dos temas principales que han impregnado mis treinta y cinco años de carrera diplomática en Roma y en el extranjero: la integración europea y el Mediterráneo.
Llego a Madrid tras cuatro años al frente de nuestra Embajada en Trípoli, donde había desempeñado las funciones de Jefe de Misión también entre dos mil once y dos mil quince. Como sabréis, Libia y el Mediterráneo son elementos fundamentales tanto para la seguridad de Italia como para la de España, teniendo en consideración su contribución al desarrollo y a la búsqueda de estabilidad en el Magreb y en el Sahel. Espontáneas son, por lo tanto, las posibles sinergias entre nuestros Países, con el objetivo de encabezar una acción conjunta estructural en beneficio de la estabilidad en el Mediterráneo ampliado.
Además, nuestro trabajo conjunto para la realización en Italia de la próxima Cumbre intergubernamental prevista para el próximo año, también pondrá en valor nuestra dimensión mediterránea común.
Igual de exhaustivas han sido las relaciones con el Principado de Andorra, muestra del interés mutuo que une cada vez más estrechamente Italia y Andorra. A la espera de poder visitar el Principado y renovar el impulso de las relaciones bilaterales, aprovecho esta ocasión para expresar mis mejores augurios para el nuevo gobierno andorrano, liderado por el Cap de Govern, Xavier Espot Zamora.
En lo que a nuestra estructura se refiere, a través de la digitalización de los trámites y de innovadoras formas de comunicación con los usuarios, la Embajada, el Consulado General de Barcelona, el Vice Consulado de Arona y nuestra red consular honoraria han dedicado, como siempre, la máxima atención y energía a las necesidades de nuestros ciudadanos en España y, en particular, a las de las categorías más frágiles. Las necesidades de la colectividad italiana, que ha llegado a casi 280 mil connacionales que residen aquí de manera estable y que se ha duplicado en los últimos diez años. Y no nos olvidemos de las necesidades de los millones de turistas italianos que cada año visitan España.
Superados los momentos más difíciles de la pandemia, nuestro intercambio comercial no ha dejado de crecer, alcanzando más de sesenta y dos mil millones de euros en dos mil veintidós y aumentando más de un veintiún por ciento respecto a dos mil veintiuno: cifras que nos convierten en el tercer socio comercial de España, que es a su vez nuestro cuarto socio. Además, sigue aumentando el número de sectores en los que se producen importantes inversiones recíprocas, lo que confirma la interconexión cada vez más profunda entre nuestros sistemas productivos y los retos compartidos de la transición ecológica y digital: con casi cuarenta y tres mil millones de euros, somos el segundo inversor extranjero en España.
Otro eje central de mi mandato será dar continuidad a la promoción de la cultura italiana, en un terreno ya fértil por las innumerables iniciativas organizadas en los últimos años en todo el territorio español y por el excelente trabajo de nuestros dos Institutos de cultura de Madrid y Barcelona, así como de nuestros cónsules honorarios, a los que se añade la presencia de cinco lectores del Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación Internacional italiano en las universidades locales y de no menos de dieciséis comités locales de la «Dante Alighieri».
La lengua y la cultura italianas gozan aquí de una gran receptividad, como demuestran los cerca de treinta mil estudiantes españoles que asisten a los cursos ofrecidos por los Institutos Italianos de Cultura y los departamentos de italiano de catorce universidades españolas. España es el segundo país del mundo en número de convenios interuniversitarios con Italia (mil doscientos diez acuerdos de cooperación entre universidades italianas y españolas). La Escuela Estatal Italiana de Madrid, la principal escuela estatal italiana en el extranjero por número de alumnos matriculados, y el Instituto Estatal de Barcelona son también valiosos contextos en los que se cultiva el estudio de la lengua italiana y se forman las nuevas generaciones de ciudadanos italianos y españoles.
Queridas amigas y amigos, termino este breve saludo con un agradecimiento especial a la Cámara de Comercio e Industria italiana para España y a su Presidente, Marco Pizzi, por la organización del evento “Passione Italia”, una cita muy esperada por toda nuestra colectividad. Agradezco también a los numerosos patrocinadores españoles e italianos su colaboración en la organización de nuestra Fiesta Nacional.
Quisiera expresar, además, todo mi aprecio al personal de la Embajada, del Consulado General de Barcelona, del Vice Consulado de Arona, de los Institutos Italianos de Cultura, de la Agencia ICE, del ENIT, a nuestros Cónsules Honorarios y a todos los actores del Sistema Italia en España, que con extraordinario sentido de Estado han garantizado la continuidad y la firmeza de la salvaguarda de nuestro País y de nuestros conciudadanos, durante este último trimestre de cambio al frente de la Misión.
Por último, saludo a nuestro Secretario General, el Embajador Riccardo Guariglia, llamado a desempeñar un papel de altísima responsabilidad en Roma, pero que siempre conserva España en su corazón. Daré continuidad a su mandato a través de mi labor en España y Andorra.
Dejando la palabra al Alcalde de Génova, os saludo con un cordial ¡Viva la República italiana, viva España y viva Andorra!